SUEÑOS

Todas las noches soñamos con imágenes que nos confunden y asombran. Durante dos o tres horas viajamos a un paisaje donde las reglas cotidianas quedan descartadas. Cualquier experiencia es posible: las personas vuelan, los peces caminan y los seres queridos que nos han dejado vuelven para hablar con nosotros.

No es casual que pasemos un tercio de nuestra vida durmiendo y que buena parte de ese tiempo estemos soñando. Es una parte importante de nuestra experiencia vital, y está claro que no tiene como único objetivo dar al cuerpo la cuota de relajación, descanso y reparación que tanto necesita, sino que nos da la oportunidad de soñar. Aquí mostraremos por qué tienen lugar las vivencias de los sueños y es muy importante aprender su lenguaje.

A lo largo de la historia, los sueños han servido para diagnosticar enfermedades, resolver problemas y recibir avisos. Mientras dormimos, cruzamos el umbral entre el mundo de la vigilia y el mundo del inconsciente, esa parte de nosotros que a menudo no reconocemos. Viajamos a lugares que tal vez evitemos durante el DIA. En esa oscuridad del sueño, es posible que nos encontremos con monstruos y magos, criaturas que nos susurran y extraños que nos amenazan. Sea lo que fuere lo que nos encontremos, nos aporta comprensión y bienestar. Sin embargo, a menudo tenemos que atravesar oscuras sombras antes de poder ver la luz, y es posible que nos desmoronemos sin haber experimentado nuestra verdadera plenitud.

La conexión entre el cuerpo y la mente

Soñamos para alcanzar el bienestar tanto del cuerpo como del espíritu. El estado de tu cuerpo influye de muchas y sutiles maneras. Diversas investigaciones muestran que las personas que sufren migrañas o asma tienen cierto tipo de sueños antes de sus ataques. Si llegan a comprender estos sueños, tienen tiempo de tomar la medicación que alivia la gravedad de los ataques. Los antiguos griegos los llamaban sueños prodrómicos, que significa "ocurrir antes", e indica que tienen lugar antes de cualquier signo manifiesto de enfermedad. Por tanto, una vez aprendido su lenguaje, tus sueños pueden ser un sistema de aviso anticipado.

Aprender el lenguaje de los sueños

En los paisajes oníricos nos enfrentamos con otro lenguaje. Es un lenguaje de imágenes, símbolos, mitos y metáforas. Cuando soñamos, nos convertimos en la sustancia de nuestros sueños: somos la casa que se quema, el ángel volador, la máquina rota y el conductor del camión de bomberos. Cada parte del sueño representa una porción de vida: relaciones, ansiedades y éxitos.

En los sueños el lenguaje se usa de forma teatral o escénica, e incluye un vocabulario común. Este vocabulario toma la forma de temas universales, como los sueños de caer, de ser perseguido, de que se nos caigan los dientes y muchos otros que luego describiremos. Sabemos que las pesadillas son llamadas a despertar y a mirar lo que está ocurriendo en nuestras vidas, y que la frase "consultarlo con la almohada" refleja una sabiduría común en la que subyace que el sueño nos ayuda a resolver problemas.

Distintos tipos de sueños de la tradición china que se asemejan a los temas oníricos universales:

• Sueños directos: fáciles de entender y de significado claro.
• Sueños simbólicos: podían interpretarse mediante los símbolos míticos y culturales que incluían.
• Sueños incubados: proveen respuestas a preguntas planteadas con sinceridad.
• Sueños de oposición: representan lo opuesto a lo que el soñante piensa o a la manera en que se comporta cuando está despierto.
• Sueños de pensamiento: reflejan los pensamientos en estado de vigilia.
• Sueños estacionales o ambientales: son una respuesta a un cambio de estación o a un acontecimiento medioambiental.
• Sueños médicos: muestran trastornos o enfermedades corporales o mentales.

Poema A Los Sueños

La muy reconocida poetisa victoriana, Christina Georgina Rossetti, nos propone un fantástico viaje a la Tierra de los Sueños.

No se trata de un peregrinaje por geografías imposibles, atravesando reinos sólo admisibles en el terreno onírico, sino de un paseo a través de las tranquilas y perturbadoras visiones de una joven doncella, quien suavemente se ha sumergido en su último sueño.

La genialidad de este poema reside en su capacidad de evocar en el lector la idea de la muerte, pero despojada de su carácter trágico. Aquí, la muerte llega como un sueño seductor, que lentamente se apodera de nuestros párpados, aletargando los sentidos e invitándonos a un reposo del que jamás despertaremos.

Tierra de Sueños

Dónde los ríos sin sol lloran,

Derramando en el abismo sus olas,

Ella duerme un sueño encantado

Del que no despertará.

Guiada por una estrella errante,

Ella llegó de lejanos lugares,

Buscando sus placeres

Donde las sombras yacen.

Ella dejó la rosada mañana,

Ella dejó los campos de maíz

Por el frío crepúsculo

Y los lánguidos manantiales.

A través del sueño, como un velo,

Ella observa el pálido cielo,

Escuchando el canto aéreo

Del triste ruiseñor.

Descanso, descanso, un perfecto descanso

Cubre su frente y sus senos,

Su rostro se vuelve al oeste,

Hacia la Tierra Púrpura.

Ella no puede ver el grano,

Madurando en la colina y el llano,

Ella no puede sentir a la lluvia

Caer sobre su frágil mano.

Descansa, descansa por siempre

En las exuberantes orillas

Descansa hasta que el corazón calle,

Hasta que el núcleo del tiempo muera.

Duerme un sueño que el dolor

No puede perturbar,

La noche no será quebrada por la mañana,

Hasta que la alegría se apodere

De su perfecta paz.

Christina Georgina Rossetti