Ya estamos dentro del territorio rumano. Los Moroi son vampiros que, extrañamente, se destacan por no atacan a sus familiares cercanos, al contrario de lo que ocurre con la mayoría de otras razas de vampiros.
Pueden ser tanto masculinos como femeninos. Se dice que si alguien se topa con un Moroi en algún paraje vivirá una experiencia inolvidable, ya que estos seres son amantes consumados, y nunca dejan pasar la oportunidad de tener sexo.
Sobre este vampiro se tejen algunas historias muy interesantes, aunque nos centraremos en la que consideramos más atractiva.
Al parecer, al Moroi le fascina el sexo en todas sus variantes, incluso las más alocadas. Puede realizar proezas amatorias que deberían catalogarse como épicas, razón por la cual, sospechamos que no todas las damas de rumania lo consideran un ser indeseable.
Lamentablemente, los héroes siempre encuentran un antagonista al que no pueden vencer, y el Moroi no está exento de esta regla. Es sabido en rumania que lo único que espanta a un vampiro Moroi es la visión de una vagina. Lo curioso es que este vampiro es un adicto a dicho órgano, y lo que puede ser contradictorio a simple vista, en realidad no lo es, ya que el Moroi se destaca en sus artes amatorias de manera antinatural, el decir, vía analis, per upites, per colectorum, etc. Espero no haber abrumado al lector susceptible con la enumeración de semejantes aberratio.
La paradoja no es del todo original, aunque sí llamativa. Los anales folklóricos no nos avisan si este vampiro consuma la penetratio mediante el tacto (deditus per vulvus) o bien utilizando la intuición, la imaginación, o el tanteo.
A nuestras inquietas lectoras, quienes suelen abrumarme con consideraciones sobre la posibilidad de que sus novios sean vampiros, les advierto que: Si sus novios prefieren hacer el amor a oscuras, no es razón para considerarlos vampiros, sino apenas unos pobres miserables.
Recordemos que también durante la edad media, una de las maneras de espantar al demonio, era precisamente la visión del órgano femenino.
Los mitos rumanos no nos aclaran que debe hacer un hombre en un encuentro con el Moroi, ya que la carencia de vagina en el hombre es proverbial. Para aquellos temerarios que deseen recorrer los rincones más inhóspitos de los Cárpatos, recomendamos la precaución de llevar elementos de sutura en las más puras condiciones de asepsia.
Qué es per upites, per colectorum?
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